martes, 10 de marzo de 2015

Cita a ciegas ¿Parte 1?

Siempre he tenido la mala costumbre de ser impuntual, inclusive me compré una playera para intentar cambiar: "Más vale un minuto tarde que un minuto de silencio" -grita desde mi cajón entre otras prendas con nombres de bandas extranjeras e impronunciables. De cualquier manera, siempre llego antes de que sea la cita (¡Qué forma tan mamona de ser impuntual!)

La tarde del miércoles se respiraba obscena, -seguramente son esos proles que se desnudan en la fuente- pensé amargado por no lograr ser puntual y tener que esperar cerca de 20min a que pasara el tiempo entre cholos patinando y turistas admirando. ¡Y de pronto un asaltante! Me asalta la duda; ¿Oye... nos quedamos de ver en el monumento o en el metro? 

Pruebas pululan por psiqué, postergan pensamientos pintorescos por persecución palomar. ¡Psicósis pública! Palmadas propias, palidez puntual. Primera privacidad plural pero primitiva pendejada.Por cierto; perdón por pecar provisionalmente pintando privadas palabras primarias per-sé ¡Pozole!

Ilusamente corrí hacia el Metro con la clara afirmación de que de todas maneras tenía que salir de allí, era algo normal, qué fácil es alejarse de los errores que incurren en la mente. El reloj corría y daba la hora, mis ojos fijos en la salida, la única por la que se puede salir, no había pierde. Sin embargo, después de que el aburrimiento de los treinta minutos empezara atacar, el celular (*voz de Juan Pablo II) Sieempre fiel... 

Torpe, todos tienen tecnología, tú tenías total temperamento, ¡Tetazo! tiempo tardé titubeando transmitirle tecladazos timidos, (Tengan tapados teatros, también tiran travesaños.) ¡Ta ra lá!

Por fin, nos vimos, corrí hacia ella ¿de qué hablar cuando hiciste tal oso? Hay que echarle la culpa a alguien más, qué fácil. Allí seguían esos buenos conciudadanos revisando la toxicidad del agua de las fuentes con su piel desnuda entre gritos técnicos que impiden que identifiques lo que dicen. Vayamos a observarlos de cerca, quizá su mirada no sea contagiosa.

Ensañarse en echarla efusivamente, erizando epidermis, enfermando... Enoja...Es escalofriante enfriar escenas enteras, empecemos entonces eludiendo escrituras escasas, En efecto, entorpezco el ejercicio egocéntricamente. ¡Esncrucijada!

La comunicación entonces se volvió escasa, habría que intentar reactivarla con alguno que otro comentario, sin embargo, es complicado escuchar la misma estación cuando no se descubre la sintonía, Me parece que ese el secreto de estudiar, traducir y llegar a acuerdos. En primera instancia es la experiencia la que poseemos, Después de eso, no queda nada.

Habría que salir de nuevo, terminando, ese y no otro sería el resultado de lo que una buena educación puede lograr.

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